LUIS MATEO DÍEZ ES EL GRAN PROTAGONISTA DEL NUEVO NÚMERO DE “TURIA”

LUIS MATEO DÍEZ ES EL GRAN PROTAGONISTA DEL NUEVO NÚMERO DE “TURIA”

La revista TURIA rinde homenaje a Luis Mateo Díez a través de un espectacular sumario rebosante de análisis y testimonios de interés sobre el prestigioso escritor y académico. Son más de 500 páginas repletas de textos inéditos acerca de un autor que domina como pocos el arte de la fabulación y que ha sido descrito como «uno de los novelistas más sagaces, capaces y certeros a la hora de exponer los componentes que fundan la última novela europea».
Más de veinte autores, entre los que destacan nombres propios como los de Luis Landero, José María Merino, Soledad Puértolas, Juan Pedro Aparicio o Manuel Longares, se dan cita en un cuidado sumario que contiene también un inédito de Luis Mateo Díez, «Vidas de insecto», una pieza narrativa muy reveladora de su universo literario.
Luis Mateo Díez es, sin duda, uno de los nombres indiscutibles en cualquier balance de las letras españolas de las últimas décadas. Su fortuna crítica en los medios literarios y el favor de los lectores se cimentan en una obra narrativa caracterizada por una imaginación nacida en la memoria oral y por la capacidad creadora del lenguaje. El propio autor, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, reflexionó sobre todo ello asegurando que «la imaginación es el grado supremo de la memoria, el propio fermento de nuestra vida, de nuestra sensibilidad, de nuestras emociones y afectos, la facultad que alimenta la combustión, la potencia que enciende nuestras invenciones». Contar es un agua de la que Luis Mateo Díez no puede prescindir y él mismo reconoce: «la vida ya no la vivo, la escribo, y la novela ya no la escribo, la vivo». El nuevo número de TURIA fue presentado en el salón de actos del Centro Cultural de Caja España en León, por el escritor y periodista leonés Alfonso García.
El sumario que brinda TURIA en esta entrega resulta muy atractivo, máxime porque como es habitual todos los textos son originales y porque sus autores son reconocidos protagonistas del panorama literario español e internacional. Así, la revista publica una selección de textos inéditos en castellano de escritora rumano-alemana Herta Müller, último Premio Nobel de Literatura y cuya obra es comentada y traducida por José Luis Reina Palazón, Premio Nacional de Traducción. También el lector encontrará relatos o fragmentos de futuras novelas de Elena Santiago, Andrés Neuman, Agustín Fernández Mallo, José María Conget, Manuel Vilas, Agustín García Simón y Pablo Andrés Escapa.
La sección de poesía contiene además, inéditos de Antonio Gamoneda, Antonio Colinas, Juan Carlos Mestre, Javier Lostalé, Eduardo García, Miguel Angel Velasco, José Luis Rodríguez García, Angel Petisme, Antonio Manilla, Ana Isabel Conejo, Luis Artigue, Raquel Lanseros, Juan Antonio Tello, Antonio Ansón y Manuel Martínez Forega, entre otros.
Muy relevantes son las entrevistas exclusivas al escritor José María Merino y a la catedrática de ética Adela Cortina. Con Merino se habla a fondo de política y literatura y, sobre todo, se analiza el papel de la creación literaria. Frases como «a través de la literatura, interiorizamos quiénes somos y qué es la vida» o «los seres humanos tenemos sentimientos, memoria e intereses, o sea: redes que impiden la utopía», constituyen todo un autorretrato en palabras.
Igualmente recomendable es la conversación mantenida con Adela Cortina. Rigurosa y cordial, su intensa actividad didáctica la convierte en una viajera del pensamiento ético. Sobre la actual crisis económica se muestra contundente: «De momento no hemos aprendido nada de la crisis. Ni estamos cambiando el modelo de crecimiento ni tampoco las formas de vida y de consumo. La historia de la inversión en I+D+i, la importancia de la educación, el control del sistema financiero, la transformación de los incentivos, todo está quedando en agua de borrajas».
TURIA cuenta también con excelentes artículos dedicados a analizar la obra de dos clásicos contemporáneos de nuestras letras fallecidos el pasado año: Victoriano Crémer y Antonio Pereira. Por otra parte María José Villaverde, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, aborda en la sección de «Pensamiento» de la revista un asunto de permanente actualidad, «Identidad y cosmopolitismo».
En cuanto a los temas aragoneses, sobresale el artículo del historiador Carlos Forcadell dedicado a redescubrir la figura y la labor de Domingo Gascón y Guimbao, el llamado tercer amante de Teruel. Sin duda es la suya una biografía ejemplar para quienes, como él, siempre trabajaron sin descanso en la defensa de los intereses materiales y morales de la provincia más meridional de Aragón. Además, TURIA homenajea la intensa y fecunda tarea en la televisión, el cine y la literatura del zaragozano Alfredo Castellón, que este 2010 cumplirá ochenta años. Estos y otros contenidos convierten a la nueva entrega de TURIA en un auténtico manjar para buenos lectores. Por último, el número está ilustrado por uno de los valores emergentes del arte español: el pintor Félix de la Concha, leonés de nacimiento pero que reside y trabaja en Estados Unidos.
LUIS MATEO DIEZ, A FONDO
Una gran conocedora de la obra de Luis Mateo Díez, la profesora Asunción Castro ha sido la encargada de redactar el artículo introductorio del dossier («Luis Mateo Díez o el arte de la fabulación») en el que la revista TURIA ha conseguido reunir un ambicioso y clarificador conjunto de estudios y testimonios en torno a la obra de un escritor con mayúsculas, capaz de elaborar novelas y relatos en los que conquista al lector proyectando sobre la realidad de los personajes otras referencias que proceden de la leyenda, el mito, la tradición oral y literaria. Puede decirse, en ese sentido, que en las obras de Luis Mateo Díez «lo fantástico, lo maravilloso, lo onírico, también el humor interfieren con la realidad cotidiana y multiplican el sentido de la trama».
TURIA ofrece un rico y diverso conjunto de textos inéditos que permiten describir a Luis Mateo Díez como un autor cuya narrativa es una auténtica fiesta del contar. De ahí que sus novelas sean en la mayoría de las ocasiones «obras polifónicas, donde la estructura principal acoge otras estructuras narrativas subordinadas -cuentos, fábulas, romances, sueños- que los personajes relatan». Sin duda, el origen de su imaginario personal se encuentra en su vivencia infantil de los «filandones», las reuniones vecinales donde se iban contando historias al calor de la lumbre en los largos inviernos nevados de la comarca de la montaña leonesa donde vivió sus primeros años.
La nómina de especialistas en su obra es notable y el análisis que proporcionan resulta enriquecedor y repleto de aportaciones que permiten nuevas lecturas de su trabajo literario: José Mª Pozuelo Yvancos («Luis Mateo Díez: el ciclo de Celama»), Santos Sanz Villanueva (El héroe extraviado -aproximación a ??~Fábulas del sentimiento??T-«, Fernando Valls («La narrativa breve de Luis Mateo Díez»), Santos Alonso («Las estructuras mítico legendarias de Luis Mateo Díez en ??~La fuente de la edad??T»), Agustín Delgado («??~Claraboya??T y el aprendizaje de la radicalidad») y Domingo-Luis Hernández («Luis Mateo Díez: un escritor en el tiempo»).
Sobre Luis Mateo Díez escriben, entre otros, académicos como José María Merino («ha ido desplegando un panorama novelesco tan rico en escenarios y personajes que constituye un verdadero cosmos que no tiene posible comparación en la literatura contemporánea») o Soledad Puértolas («es un narrador fundamental, fundacional. Sus textos, que recogen escenas de la vida cotidiana de ciudades de aire provinciano y de fantasmales pueblos polvorientos, van más allá de lo meramente descriptivo y nos dejan al borde de grandes intuiciones, aquellas que se encuentran en el fundamento de nuestra vida»); escritores como Luis Landero («Luis Mateo Díez ha ido creciendo y creciendo como escritor, sin el menor signo de agotamiento, sino al contrario, con una avidez y un virtuosismo y un afán de esencialidad en la exploración de su mundo que nos dejan ciertamente asombrados»), Manuel Longares, Juan Pedro Aparicio, Ernesto Escapa, Jesús Marchamalo o Alfonso García; estudiosos y críticos como Irene Andres-Suárez, Ramón Acín, Maria Vittoria Calvi, Luis Moreno Caballud; traductores como Marta Patak; directores de cine como Chema Sarmiento o de teatro como Fernando Urdiales.
El propio Luis Mateo Díez es objeto de una larga y reveladora entrevista en la que afirma: «se escribe por destino, por una necesidad sustentada en lo precario»; «los escritores somos francotiradores del lenguaje»; «la Academia me ha dado seguridad y libertad»; «no hago otra cosa que escribir, leer y ver películas. Vivo retirado de la música, jamás escucho la radio y cada vez que enchufo la televisión me dan temblores»; «las obsesiones son el motor sicológico de la creación y, en mi caso, de manera muy especial: me muevo entre la miseria de las manías y la grandeza de las obsesiones. Escribir, además, es descubrir, es cultivar la preocupación por descubrir»; «leer es parecido a escribir. Yo vivo cuando escribo y vivo cuando leo. Me entero de gente, aventuras y destinos que jamás conocería en mi vida cotidiana y me enriquecen en un grado muy intenso de experiencia».
TURIA da a conocer también un texto inédito de Luis Mateo Díez, «Vidas de insecto», mientras que el colofón del monográfico de TURIA lo encontraremos en una utilísima cronología, elaborada por Carmen Toledo, que abarca no sólo su trayectoria vital sino también la repercusión de su obra hasta el día de hoy.
INEDITOS DE HERTA M?oLLER Y ANTONIO GAMONEDA
El sumario de TURIA se abre, en esta ocasión, con un artículo sobre «Victoriano Crémer, una conciencia crítica ante el mundo», a cargo de José Enrique Martínez. Nicolás Miñambres estudia los «Espacios sentimentales de Antonio Pereira» y Manuel Mantero aporta su testimonio en «Dos ocasiones americanas con Angel Crespo».
Por otra parte, las páginas de esta publicación cuatrimestral contienen las secciones habituales dedicadas a la creación literaria. Así, en esta entrega se publican narraciones inéditas de Elena Santiago, Andrés Neuman, Agustín Fernández Mallo, José María Conget, Agustín García Simón y un capítulo de la próxima novela de Manuel Vilas.
La sección de «Poesía» la inaugura una selección de textos de la Premio Nobel Herta Müller, traducidos y analizados por José Luis Reina Palazón, Premio Nacional de Traducción. También TURIA publica poemas de, entre otros, Antonio Colinas, Juan Carlos Mestre, Javier Lostalé, Eduardo García, José Luis Rodríguez García, Angel Petisme, Carmen Busmayor, Antonio Manilla, Ana Isabel Conejo, Luis Artigue, Raquel Lanseros, Rafael Saravia, Vicente Muñoz Alvarez, Juan Antonio Tello, Antonio Ansón, Manuel Martínez Forega y Laura Gómez Palma.
Un certero ensayo de María José Villaverde sobre «Identidad y cosmopolitismo» ocupa la sección denominada «Pensamiento» de TURIA. La autora, siguiendo las tesis de Ralf Dahrendorf, asegura que «uno de los grandes valores de la democracia liberal radica en que gente diversa desde el punto de vista étnico, religioso o político puede convivir y compartir valores comunes, sin necesidad de vivir en nichos con sus iguales». Se trata de un artículo de gran calado y en el que se concluye afirmando: «el lugar donde hemos nacido es un accidente, una contingencia, por lo que deberíamos preguntarnos si una frontera normalmente arbitraria como es la de la nación debe condicionar de manera tan decisiva nuestra identidad».
ENTREVISTAS A JOSE MARIA MERINO Y ADELA CORTINA
En esta entrega de TURIA, José María Merino se somete a una fructífera entrevista en profundidad realizada por Fernando del Val. En ella, el escritor y académico leonés reconoce: «Si no existiera la literatura sería complicado entender la realidad». Lo dice uno de nuestros narradores más sólidos, reconocido mayoritariamente entre la crítica por la riqueza y pluralidad de su obra literaria, que abarca casi todos los géneros. Y valorado también por su capacidad para crear un mundo de ficción, anclado en la realidad cotidiana, pero abierto al universo de la fantasía y de los sueños.
A Merino le intranquiliza el radicalismo, entiende que ese camino no trata tanto de ideas políticas cuanto de comportamientos y sentimientos: «Me preocupa la mala uva de los españoles». Y es que su sólida trayectoria como narrador aparece siempre ligada a la propuesta moral. Así ocurre en «La sima», su más reciente novela y en la que aborda el polémico tema de la apertura de fosas de la guerra civil. Preguntado si la memoria histórica busca justicia o reabre heridas, Merino asegura que «los seres deban de estar bien enterrados no responde a un derecho, sino a un mandamiento. Por lo que, si la persona, encima, es creyente, deberá entenderlo mejor. Es la sepultura de los muertos. La memoria histórica pertenece a lo humanitario y a lo religioso». Además, «la memoria es un apoyo fundamental para la existencia, nos salva de la imbecilidad».
Rechaza José María Merino la brutalidad identitaria que existe en las ensoñaciones de los ayatolas, los aberzales, de gente así: «Aunque parezcan irreductibles son puras figuraciones, delirios». Se declara también admirador de la literatura popular, no sólo oral. Y respecto al cuento, del que es uno de sus grandes cultivadores, estudioso y antólogo, constata: «el cuento es una iluminación. Has de tener la idea desde el principio. Empezar un cuento sin saber adónde vas es imposible».
La otra gran entrevista de TURIA corre a cargo de Eduardo Larrocha y está dedicada a Adela Cortina, catedrática de Etica y Filosofía Política en la Universidad de Valencia y uno de los referentes indiscutibles en dicha materia en el ámbito español. En su mirada ética al mundo contemporáneo Adela Cortina se muestra tan clara como profunda. De ahí que siempre encontremos en sus respuestas capacidad reflexiva y sencillez al hablar de un amplio abanico de cuestiones: los aspectos éticos del consumo, la sanidad, la legitimidad de la guerra, la ecología y el cambio climático, la educación para la ciudadanía, la crisis económica y también la neurociencia. Así, por ejemplo, sobre asuntos como la ética de los negocios concluye: «tengo la convicción de que la ética es rentable para todos los componentes de la empresa» o «hay una estrecha línea que une el bienestar de los trabajadores y su productividad». Respecto a la práctica de la tortura afirma tajante: «lo realmente inmoral es el grado de inhumanidad al que puede llegar el ser humano».
Sobre el crispado y casi inverosímil debate a propósito de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, Adela Cortina propone la necesidad de «educar ciudadanos que se reconozcan como interlocutores válidos, con capacidad de argumentar, pero también como personas en el sentido amplio de la palabra: con capacidad de estimar los valores, cultivar los sentimientos y adquirir virtudes». Por otra parte, la revista contiene también la sección habitual de «La isla», con fragmentos del diario de Raúl Carlos Maícas enriquecidos gráficamente por Isidro Ferrer.
REDESCUBRIR A DOMINGO GASCON, EL TERCER AMANTE DE TERUEL
En los apartados que TURIA dedica a los temas y autores aragoneses, citaremos el riguroso artículo del historiador Carlos Forcadell dedicado a divulgar los avatares e inquietudes de Domingo Gascón y Guimbao (1845-1908), el llamado tercer amante de Teruel. Sin duda, la biografía de Gascón resulta ejemplar por cuanto ilustra las firmes convicciones y el talante emprendedor de quienes, como él, siempre trabajaron sin descanso en defensa de los intereses «materiales y morales» de la provincia más meridional de Aragón.
Domingo Gascón y Guimbao nació en Albarracín en 1845 y se formó políticamente al calor de la revolución democrática de 1868, vivida desde su condición de joven estudiante en la Universidad de Valencia y pronta adhesión a la cultura y política republicanas, que mantuvo y cultivó hasta los años finales del siglo. Fue, al igual que sus precitados paisanos -cuya memoria y obras contribuyó a reconocer y difundir- un escritor público, historiador, periodista y fundador de periódicos, también abogado y hombre de negocios, publicista, y un político republicano que acabó integrado en el Partido Liberal de la Restauración.
Quizá la mayor y más singular empresa de Domingo Gascón fue la edición de la «Miscelánea Turolense», una publicación periódica que se editó durante diez años y que elaboró, editó y distribuyó gratuitamente desde su domicilio madrileño desde el 10 de marzo de 1891 hasta el 15 de enero de 1901. A través de la «Miscelánea Turolense», Gascón promovió el regeneracionismo entre los turolenses porque de lo que se trataba era, en sus propias palabras, alentar «el esfuerzo individual y colectivo de sus hijos para sacar a la provincia de la postración y el abatimiento en que se halla sumida».
HOMENAJE A ALFREDO CASTELLON: 80 A?’OS DE INQUIETUD INTELECTUAL
Otro de los singulares artículos que publica TURIA en su nuevo número es el dedicado a glosar la dilatada y coherente labor intelectual de Alfredo Castellón. Este próximo mes de noviembre cumple ochenta años y su buen hacer en cuantas aventuras culturales ha emprendido bien merece un público reconocimiento. Cuando menos, este texto de TURIA se plantea como un homenaje a una persona tan laboriosa como discreta, tan rica en inquietudes creativas como ajena a las lisonjas de la fama. A esa tarea responde el documentado trabajo de divulgación sobre su vida y obra que ha escrito el filólogo e historiador de cine Pablo Pérez Rubio.
Quizá la mejor definición de Alfredo Castellón (Zaragoza, 1930) es la que le brindó el guionista y escritor Julio Alejandro: «¡Pero mira que eres raro, hijo mío!». Sin embargo, y más allá de esa relativa marginalidad en la que se le sitúa, Alfredo Castellón hay que subrayar «su capacidad de hombre polifacético, de variopintas aficiones y profesiones: licenciado en Derecho, dramaturgo, realizador de televisión, cineasta, escritor de literatura infantil, director teatral, viajero, ocasional poeta, articulista, cuentista, ensayista???». Si tuviéramos que trazar una síntesis de su perenne inquietud ilustrada diríamos que Alfredo Castellón es un «hombre de espíritu independiente y variada impronta creativa». Su caso es el de alguien que «ha puesto en práctica a lo largo de su trayectoria sus deseos de libre expresión, reclamando la voz de la cultura y la palabra como mecanismos principales de comprensión del mundo y de búsqueda del deleite intelectual».
Por último, una extensa sección de crítica de libros denominada «La Torre de Babel» se ocupa de la actualidad editorial y cierra el sumario.
TURIA es una publicación cuatrimestral, editada por el IET de la Diputación de Teruel, el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Este número ha contado también con el patrocinio de la Fundación Endesa y de Caja España, así como con la colaboración del Ayuntamiento de León.
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