Desde mañana martes, día 13 de mayo, «Diario de Teruel» y el Instituto de Estudios Turolenses ponen al alcance de los lectores del periódico provincial un espectacular coleccionable: «Crónica visual de un siglo. Teruel, 1875-1975». Un extraordinario recorrido en imágenes por el ayer de nuestra provincia que permitirá, a través de 1.000 fotografías, tener una mayor y mejor información acerca de lo que somos y de cómo ha evolucionado nuestro territorio y cómo ha sido el día a día de sus habitantes.

La iniciativa editorial de «Diario de Teruel» y el Instituto de Estudios Turolenses ha sido posible gracias al patrocinio del Gobierno de Aragón. Tal y como subraya en la presentación su presidenta, Luisa Fernanda Rudi, la obra consigue «iluminar la memoria de un pueblo a través de las instantáneas de sus gentes». Un interés de los turolenses por su pasado que no debe verse «como un ejercicio nostálgico sino como una mirada al camino andado como comunidad que prosigue tenaz hacia el futuro».

Mediante esta valiosa iniciativa conjunta, el IET y «Diario de Teruel» suman esfuerzos para poner en valor y difundir adecuadamente nuestro rico patrimonio documental. Un total de 18 autores, todos ellos estudiosos y especialistas de cada tema tratado, han elaborado los textos que integran los 30 fascículos que conforman la «Crónica visual de un siglo». Un coleccionable que «Diario de Teruel» entregará gratuitamente a sus lectores martes y jueves de cada semana.

Se trata así de que, quienes lo deseen, tengan a su alcance una buena selección de las más de 50.000 fotografías e imágenes digitales sobre la provincia que posee el IET. A través de 30 entregas de 16 páginas cada una, la «Crónica visual de un siglo» permitirá obtener al lector un testimonio gráfico inigualable acerca de cuestiones como el medio físico, nuestros pueblos, las gentes que los habitan o las actividades que desarrollan (agricultura, ganadería, la explotación del bosque, minería, industria, artesanía y comercio).

No faltarán tampoco imágenes que permitan comprobar la evolución de nuestros principales núcleos urbanos (Teruel, Alcañiz, Albarracín). La enseñanza, la cultura, los juegos y deportes, y un amplio apartado sobre fiestas y tradiciones, completan la estructura temática de una obra elaborada para ofrecer una visión atractiva y rigurosa de cómo ha sido la vida cotidiana de los turolenses durante cien años, de 1875 a 1975.

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