Villalba, Caulín y Esteban en la presentación.

El Instituto de Estudios Tuerolenses (IET) ha presentado este miércoles, en el salón de actos del Museo Provincial de Teruel, el proyecto fotográfico ‘Teruel: vestigios de resistencia’ de Guada Caulín, publicación editada por la entidad y que abre una nueva línea editorial relacionada con la fotografía, tal y como ha señalado en la presentación el vicedirector del IET, Juan Villalba.

En cuanto a la temática del libro, Villalba ha señalado que para “el IET es importante porque tiene el trasfondo de la despoblación, en la que también estamos trabajando desde diferentes líneas”. “Por un lado, Guada Caulín denuncia una situación y, por otro lado, sabe sacar la belleza de la desolación, del abandono que vivimos en muchos de nuestros pueblos”, ha apreciado el vicedirector del IET quien ha concluido señalando que la autora es “una mujer comprometida socialmente en diferentes espacios”.

Gauda Caulín junto con el escritor David Esteban también han formado parte de la presentación y, tras la intervención de Villalba, han invitado a los asistentes a formular preguntas para dinamizar la presentación. A lo largo de una decena de preguntas, intercaladas con detalles anecdóticos, la autora ha hablado sobre el origen del proyecto, la investigación, la estructura del libro o las personas que han colaborado y que ha conocido, entre otros.

La fotógrafa y autora de ‘Teruel: vestigios de resistencia’, se ha referido a la publicación como “un viaje a lo largo de toda la provincia de Teruel, de aquellos lugares que existieron y permanecen en la memoria y en la retina de aquellos que los vieron y continúan vivos”.

Aunque hilo conductor de la obra es la despoblación, Caulín ha querido alejarse del “carácter victimista que lleva muchísimo tiempo acompañando” al relato, ha reconocido. Es por esta razón que el proyecto refleja la tristeza del vacío y al mismo tiempo la esperanza de la resistencia.

El libro se estructura en cinco bloques diferentes que pretenden “dibujar toda una sociedad, sobre todo, en los cuatro primeros”, ha explicado la autora, ya que en estos bloques del principio no aparecen personas, sino lugares que han desaparecido o que están a punto de hacerlo. Los ámbitos elegidos para esa representación social han sido el patrimonio; los medios de transporte, haciendo especial hincapié en el tren; el trabajo, con la actividad minera como protagonista, y la vivienda.

El quinto y último bloque titulado ‘Vestigios de resistencia’ muestra los esfuerzos de algunos habitantes por conservar las creencias, las costumbres, las tradiciones y el patrimonio de los pueblos o los barrios que aparecen en cada uno de los bloques anteriores, como las Cuevas de Cañart, Perales de Alfambra, Escucha, Utrillas y la Mezquita de Jarque. A su vez, este bloque, pretende hacer un guiño a un proyecto que se desarrolló hace años con el fin de recuperar el patrimonio turolense de la Guerra Civil.

En cuanto a las personas que retrata la fotógrafa y autora de la publicación al final de la misma, ha señalado en la presentación que antes de entablar conversación con ellas acudió sola al destino “para que sean los lugares los que cuenten y narren qué es lo que ha pasado ahí y en qué ha quedado”. Tras este primer acercamiento, ha seguido explicando Caulín, se acerca “a la gente para buscar la información, sus apreciaciones y opiniones”.

Las fotografías de Caulín están acompañadas por los pies de imagen redactados por creadores y creadoras con los que la autora se siente “muy cómoda” trabajando y que, además, están vinculados y vinculadas a Teruel bien por nacimiento, residencia o por su “lucha por esta tierra”, ha subrayado la artista.

En concreto, los textos de su hermano e historiador Javier Caulín se encuentran en el bloque dedicado al patrimonios, los de la poetisa e historiadora Vega Latorre, en el dedicado al transporte, los de David Esteban en el de trabajo y minería, y los del historiador David Alegre en el de vivienda.

Por otro lado, el prólogo y el quinto bloque lo ha escrito el poeta Mario Hinojosa, a quien la autora considera “padrino de este libro”.

Como conclusión, Caulín ha reconocido que ella es “una escritora frustrada”, motivo por el cual la fotografía es su forma “casi exclusiva de contar realidades y emociones”. Además, las cerca de ciento cincuenta imágenes que llenan las páginas del libro no son en color “porque la fotografía en blanco y negro es mucho más conceptual y va más a contar y a narrar que simplemente a dejar testimonio”, ha añadido.

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