Imagen de los trabajos de la DPT en el yacimiento.

Las excavaciones realizadas por el Museo de Teruel en el yacimiento ibero de Alto Chacón, en la capital turolense, finalizaron el pasado 30 de junio con el descubrimiento de una zona de producción con varios hornos adosados a la muralla, en la zona donde se estaba intentando documentar el acceso principal al poblado. De este modo, queda claro que el se consideraba posible acceso se reformuló en algún momento para convertirse en otra cosa: una zona de producción alfarera.

En el otro ámbito de actuación de estas excavaciones, en parte de una vivienda con acceso mediante escalera y separación interna con un medianil de adobe, se ha corroborado que el momento álgido del poblado se sitúa entre los siglos III y II a. C. y que en las últimas fases de vida pudo reducirse su extensión y centrarse en algún punto concreto. Además, se ha documentado un hogar, menaje cerámico y el residuo alimenticio característico de un hábitat doméstico.

Los trabajos arqueológicos, los primeros en el yacimiento desde 1972, se han desarrollado entre los meses de mayo y junio. Prospecciones geofísicas, aplicadas a la exploración del subsuelo, han revelado parte del entramado urbano y permitieron planificar la excavación arqueológica propiamente dicha. La intervención se ha centrado en dos zonas con los objetivos de obtener una secuencia cronológica precisa y conocer el acceso del poblado y su relación con el sistema defensivo y viario.

La campaña acabó el 30 de junio.

A pesar de las actuaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento del Alto Chacón, entre 1969 y 1972 bajo la dirección de Purificación Atrián, directora entonces del Museo Provincial de Teruel, el desconocimiento sobre este poblado es acusado. Debido a ello y a una apuesta por su visibilidad y atractivo turístico a escasos kilómetros de la capital de la provincia, el Museo dependiente de la Diputación de Teruel lo va a mantener en su programa de excavaciones arqueológicas anuales, bajo la dirección de las arqueólogas Marta Pérez Polo y Marta Blasco Martín. Las intervenciones en el yacimiento han contado, además, con la colaboración del Instituto Catalán de Arqueología Clásica e Iniciativas Culturales y Turísticas S. L.

El retorno de las actuaciones y estudios arqueológicos ponen de nuevo el acento en este interesante poblado, nunca olvidado por la investigación debido a su importante ubicación estratégica, en un lugar de frontera entre las áreas del valle del Ebro, la Meseta y la costa levantina, donde está presente la confluencia de la cultura íbera y celtíbera.

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