La jornada ha tenido lugar en el colegio mayor Pablo Serrano

La jornada ha tenido lugar en el colegio mayor Pablo Serrano

Esas palabras las ha pronunciado en el acto de inauguración de la última jornada de balance del programa “Empremter: mujeres emprendedoras en el mundo rural”, que finaliza este jueves. Un encuentro en el que se han dado a conocer las quince conclusiones extraídas tras todas las jornadas de trabajo celebradas a lo largo y ancho de la geografía de la provincia.

La cita ha sido inaugurada, además de por el vicepresidente primero de la Diputación Provincial de Teruel, por la presidenta de la comarca Comunidad de Teruel, Ana Cristina Lahoz; por el alcalde de la capital, Manuel Blasco; y por la directora de la escuela Universitaria Politécnica, Inmaculada Plaza.

Juste, durante su intervención, ha manifestado también que la provincia “dispone de los recursos necesarios para ofrecer productos y servicios de calidad”. El vicepresidente primero ha detallado que Teruel cuenta con “un emplazamiento ideal, una gran materia prima y gente como vosotras, con ideas muy positivas que solo necesitan de la ayuda de las administraciones para ponerlas en marcha y del asesoramiento de los profesionales para solventar las trabas burocráticas que supone la puesta en marcha de un negocio”.

También ha calificado el programa Empremter como un “éxito”, ha destacado la gran utilidad del mismo y ha asegurado que “no podemos pasar por alto los proyectos que sirvan para generar actividad en nuestro territorio y, por ello, vamos a seguir desarrollando tantas políticas como seamos capaces para impulsar el progreso de todos nuestros pueblos y comarcas”.

Por su parte, la presidenta de la comarca Comunidad de Teruel ha mostrado todo su apoyo personal e institucional como mujer. Junto a ello, ha aseverado que “desde la institución seguiremos apoyando, animando y ayudando a las mujeres a realizar sus proyectos” y ha querido poner de manifiesto que “aunque en el medio rural es más difícil, estamos demostrando que se puede conseguir y seguimos trabajando para facilitar el camino a las mujeres”.

Además, el alcalde de Teruel ha destacado la importancia que posee para la ciudad, la provincia y la sociedad en general la labor que desarrollan las mujeres emprendedoras en el mundo rural y ha recordado que para fijar población “es necesario que las mujeres puedan llevar a cabo proyectos empresariales compatibles con la vida familiar y en las mejores condiciones posibles”. Por ello, ha querido felicitar a todas las mujeres que se animan a emprender un negocio en el mundo rural, destacando su habitual buen hacer, y ha animado a que las que se lo estén pensando den un paso adelante y se dirijan a la administración para conocer las ayudas que les pueden prestar, tanto económicamente como en materia de asesoramiento.

Asimismo, Blasco ha recalcado la importancia de que “las nuevas tecnologías lleguen con calidad a todos los rincones de nuestro territorio”, ya que, ha añadido, “con Internet, con una velocidad de transmisión de datos adecuada, se abren muchas oportunidades de negocio para las personas que viven en el mundo rural, especialmente para las mujeres ya que muchas de estas actividades permiten una mejor conciliación de la vida laboral y familiar”.

Conclusiones

El programa ha tenido en cuenta toda la casuística recibida, analizada y generada durante estos meses para elaborar una lista de treinta conclusiones que ponen de manifiesto las características en las que se encuentran las mujeres emprendedoras de la provincia de Teruel.

Las quince primeras se dieron a conocer en la jornada celebrada el pasado jueves 17 en Alcañiz y en esta segunda se han presentado el resto de ellas. En total son treinta y enunciado de las mismas es el siguiente:

1. En la provincia de Teruel, como en el resto, los negocios iniciados por mujeres responden al «perfil femenino clásico» de empresaria o emprendedora: sector servicios, menores redes de contactos, dedicación a tiempo parcial o compatibilizada con la vida familiar, menor agresividad y más empatía…factores todos ellos penalizadores en la vigente cultura androcéntrica.
2. Las mujeres empresarias turolenses tienen un alto grado de autoestima y de convencimiento sobre las actividades que realizan, en general por encima de lo que ha recogido la literatura.
3. La conciliación es un problema grave, que se resuelve generalmente del lado de la mujer: echando más horas, echando mano de las mujeres de la familia, o renunciando a tener hijos.
4. Esta asimetría en la labor de cuidados tiene que ver con la falta de corresponsabilidad, pero también con las dificultades de las mujeres para delegar, que emanan de un sentimiento de culpabilidad, fruto de una formación patriarcal de siglos.
5. Existe una tendencia a juzgar moralmente las iniciativas profesionales de las mujeres, en virtud de su mayor o menor correspondencia con los roles “esperables” de género.
6. Existe una relación inversa entre el tipo de municipio y la inactividad laboral de mujeres y varones, aumentando de forma progresiva las diferencias de género según el grado de ruralidad del municipio.
7. Si bien la formación ha sido una estrategia de huida del medio rural –huida ilustrada-, este proceso parece ralentizarse, tanto por la falta de oportunidades también en el medio urbano, como por lo que pudiera ser una visión del medio rural más proclive a la presencia de la mujer (visión que no se corresponde plenamente, ni mucho menos, con la realidad).
8. En la puesta en marcha de iniciativas emprendedoras, las mujeres encuentran más dificultades: dependencia familiar, carácter doméstico, complementariedad, empresas pequeñas y con dificultades de financiación.
9. La literatura ha estudiado hasta ahora el hecho de la formación de las mujeres rurales, entendiéndolo como una «estrategia de huida» del medio rural, por lo que carecemos del necesario aparato teórico para entender y enmarcar adecuadamente el papel y las posibilidades de las mujeres universitarias que deciden vivir en los pueblos, entendiéndolo como una apuesta vital y no como un retroceso o una derrota.
10. La presión social sobre el comportamiento de las mujeres no sería en este momento el principal motivo por el que las mujeres jóvenes deciden abandonar el medio rural.
11. No existiría un «Teruel profundo», por así decirlo, sino que los estereotipos y los roles se aceptan (o no) de manera similar por todas partes. Lo que sucede es que se agudizan los desequilibrios de género en las zonas ya de por sí más regresivas por la ausencia de alicientes económicos, envejecimiento e incluso aislamiento físico.
12. Cada vez con más frecuencia, las mujeres que libremente han decidido vivir en el medio rural, optan por el emprendimiento como forma de hacer compatible su estancia en él a la vez que se desarrollan profesionalmente. Pero sería más un autoempleo, que una actitud “emprendedora”.
13. Hay una visión del medio rural en la que las mujeres crean otras redes (por ejemplo, a través de las TIC) y en las que buscan su lugar, sin considerarlo derrota o resignación.
14. La mayoría no cambiaría el pueblo o sus núcleos semiurbanos por la ciudad; la tranquilidad es factor determinante, pero también presenta como principal dificultad la falta de servicios, además de la carencia de infraestructuras de transporte y de instalaciones adecuadas para el cuidado de menores.
15. El reducido tamaño de las empresas permite una mayor flexibilidad en cuanto a horarios, atención a los hijos o dependientes, etc. Pero a su vez, el mayor grado de involucración dificulta la conciliación.
16. La vinculación con los pueblos no es definitiva, ya que los motivos de presencia en ellos son también muy variopintos. A su vez, la permanencia en el futuro depende mucho más de factores económicos y de servicios, que de factores afectivos.
17. Una abrumadora mayoría consideran la elección de sus estudios como fruto de una cuestión vocacional, lo cual nos invita a considerar dos cosas: a) la pervivencia de los roles de género en la construcción de la propia personalidad (uno de cuyos hitos sería la elección de la carrera) y b) la relación entre éxito profesional (o empresarial) y subempleo -en un contexto de mercado laboral poco dinámico- y la elección de una carrera, muchas veces a sabiendas de su difícil salida laboral.
18. Los negocios de las emprendedoras turolenses son sobre todo relacionados con turismo, hostelería, y cuidados y salud (suman un 42%). Si añadimos artesanía,
comercio al por menor y alimentación, nos encontramos con que el 55,5% de los negocios se corresponden con ámbitos «tradicionalmente femeninos».
19. Pero también está surgiendo casi un 27% de otro tipo de servicios, en nuevos ámbitos profesionales no clasificados: educación, coaching, informática…
20. Se trata de un nano-empresariado, con poca facturación en general, a base de autónomos o figuras asociativas muy básicas (S.C., C.B.), muchas veces como complemento de la renta familiar. Cuando el negocio es más potente y es la actividad principal, no hay hijos (o están emancipados), y se dedican muchas horas al día, no hay nada que conciliar, todo es trabajo.
21. Tomadas una por una, son las barreras de tipo económico las consideradas más graves para el emprendimiento en la provincia de Teruel: costes de la Seguridad Social, y pequeño tamaño del mercado y de los ingresos.
22. El papeleo y las barreras administrativas existen, pero con carácter variable según lugar y tipo de negocio; su presencia en el debate responde más al folklore hispánico de “echar la culpa a los funcionarios”, que a una barrera real o insalvable. Igualmente, hay una visión crítica sobre las subvenciones, el papeleo que llevan para el dinero que al final se recibe.
23. Sin embargo, las barreras relacionadas con la conciliación son, en su conjunto, el problema más grave: dificultades para la conciliación por los horarios o lugares de trabajo, falta de corresponsabilidad de la pareja, falta de servicios públicos adaptados.
24. También en Teruel se reproduce la “cadena de cuidados” con las mujeres como protagonistas.
25. Los factores de índole socio-cultural no son tan importantes; las mujeres turolenses actuales han sabido adaptarse, sin que les importe el qué dirán.
26. El 43% de las mujeres se considera subempleada.
27. Las mujeres empresarias turolenses son conscientes del carácter «doméstico» de muchas de sus iniciativas, pero en modo alguno consideran que eso pueda ser fruto de la falta de preparación o capacidad para poner en marcha y desarrollar negocios. Nos habla de un elevado sentido de las propias capacidades, y de las oportunidades que ello brinda para la puesta en marcha de más y más sólidas iniciativas.
28. Las razones para la brecha de género entre las universitarias turolenses son sobre todo, su mayor protagonismo en sectores de escaso tamaño y rentabilidad –razón económica-, y la discriminación por razón de género (“el hombre no se queda embarazado”) –razón socio-cultural devenida económica y con solución legal.
29. Aunque se reconocen avances, se percibe cierto escepticismo acerca de un «nuevo mundo rural» más proclive al protagonismo de la mujer en la vida social y económica.
30. Las mujeres tienen una visión más social del éxito que los hombres, cuyo concepto del éxito es más individual.

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