Se trata de un trabajo inédito de 48 fotografías en el que se exponen por primera vez instantáneas para el proyecto, así como otras que forman parte del archivo fotográfico del artista desde una visión retrospectiva. El autor aborda cuestiones relacionadas con valores socio-culturales, identidad y anonimato, sugiriendo un modo de interpretar la realidad contemporánea y empleando la máscara como eje vertebrador. Ha trabajado en diferentes países profundizando en las dimensiones antropológicas de diferentes cultos religiosos y de algunas minorías sociales.
El dragomán es un término arcaico de origen oriental que se utilizaba para designar a las personas que ejercían labores de traducción lingüística. La idea central del proyecto parte de la vigencia interpretativa del concepto de la máscara con el que se ha realizado un ensayo fotográfico de retrato documental.
El germen del trabajo es la profunda soledad y el desarraigo que arrastran muchas personas en las sociedades contemporáneas de diferentes áreas del mundo, enmarcada en la crisis de valores generada por el sistema. Es un proceso que genera nuevas formas de búsqueda de identidad, nuevas vías de interpretarse, nuevos sentidos de la trascendencia que actúan también, en ocasiones, de colchón espiritual.
El director del Museo de Teruel, Jaime Vicente, ha asegurado que “las críticas que hemos recibido de la exposición han sido muy positivas por parte de los visitantes, que han podido observar el retrato de la realidad desde una perspectiva diferente”. Esas opiniones tan positivas y esas sugerencias, ha recalcado, “nos han llevado a ampliar el período de exposición hasta el próximo 21 de febrero”.
La cifra de personas que han acudido durante estos meses al Museo de Teruel a conocer la obra de Aitor Lara ha sido calificada por el director “como muy positiva” y que “ponen de manifiesto que la fotografía interesa mucho en nuestra provincia como expresión artística”. Por ese motivo, ha añadido, “no somos ajenos a lo que demanda la ciudadanía turolense y los turistas, por lo que hemos prorrogado la exposición para que nadie que lo desee se quede sin verla”.
AITOR LARA
El fotógrafo vizcaíno, nacido en Barakaldo en 1974 aunque afincado en Sevilla, donde realiza su labor artística, es autor de un buen número de exposiciones individuales que le ha llevado a mostrar sus obras en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia o la National Art Gallery de Uzbekistán.
Hasta la fecha, las exposiciones “Torre de silencio”, “Maestranza”, “Escaparate de San Pedro” o “Chalmita” dan buena muestra de la intensa actividad que ha llevado a cabo desde que, en el año 2000, expusiera por primera vez de manera individual con la muestra “Aitor Lara. Fotografías 1995-2000”. Desde entonces, el presente año 2015 ha sido el más prolífico con las muestras “Confines”, “Pobreza infantil en España” y “Dragoman”.
Aitor Lara es un reputado fotógrafo que ha cosechado también un buen número de galardones y becas a lo largo de su trayectoria. Con relación a los reconocimientos, ha recibido el Premio de Fotografía Juana de Aizpuru (1999), el Premio Europa Multicultural de Médicos del Mundo (2008) y el Premio PHotoEspaña OjodePez de Valores Humanos (2014), además de la Mención de honor del Premio Unicef (2015); a lo que hay que añadir la Beca de Investigación Ruy de Clavijo de Casa Asia (2004), la de la Fundación Arte y Derecho (2009) y la Beca Endesa de Artes Plásticas (2013).
También ha participado en publicaciones en diversos medios y ha publicado cuatro libros en todo este tiempo: “Torre de silencio” (2007), “Maestranza” (2008), “Ronda goyesca” (2012) y “Aitor Lara” (2015), recién editada por La Fábrica, donde refleja toda su trayectoria y recoge la mayoría de las fotografías expuestas en Dragoman.