EL INSTITUTO DE ESTUDIOS TUROLENSES HA PRESENTADO LA REEDICIÓN EN FACSÍMIL DE UNA OBRA FUNDAMENTAL DE DOMINGO GASCÓN Y GUIMBAO

EL INSTITUTO DE ESTUDIOS TUROLENSES HA PRESENTADO LA REEDICIÓN EN FACSÍMIL DE UNA OBRA FUNDAMENTAL DE DOMINGO GASCÓN Y GUIMBAO

El Instituto de Estudios Turolenses ha publicado una edición facsímil de «La provincia de Teruel en la Guerra de la Independencia», un documentado trabajo histórico publicado originalmente en 1908 y que constituye un notable ejemplo de la brillante labor intelectual desarrollada por Domingo Gascón y Guimbao (Albarracín, 1845 – Madrid, 1908). Con esta iniciativa editorial, el IET pretende contribuir a la revalorización de quien fue un destacado estudioso y publicista de su provincia así como contribuir a la recuperación bibliográfica de valiosos títulos vinculados a esa singular efemérides que fue la Guerra de la Independencia cuyo bicentenario acabamos de conmemorar.
Un siglo después de su edición original, el citado libro de Domingo Gascón y Guimbao continúa siendo una obra de singular relieve dentro la historiografía sobre la Guerra de la Independencia y, en especial, sobre su desarrollo en Aragón y Teruel. Por ello, y con el objetivo de que los lectores de hoy tengan una nueva oportunidad de acceder a esta obra fundamental en la bibliografía turolense, el IET ha realizado una cuidada reedición facsímil que incorpora un valioso prólogo introductorio sobre el autor y la obra a cargo del historiador Pedro Rújula, de la Universidad de Zaragoza.
A través de «La provincia de Teruel en la Guerra de la Independencia», Domingo Gascón y Guimbao pretende mostrar el heroico comportamiento de los turolenses en aquella lucha desigual. De ahí que el contenido básico del libro lo constituya la reunión de biografías, documentos y hechos históricos que, articulados ligeramente mediante el discurso del historiador, da testimonio de aquella contribución decisiva en el combate nacional frente a la invasión francesa.
Con una tirada total de 2.000 ejemplares, el IET ha realizado la mitad de la edición en tapa dura y la mitad restante en rústica, lo que facilita su adquisición al tener un menor precio.
UN FRUTO TARDIO DE LA HISTORIOGRAFIA LIBERAL DEL S. XIX
En 1808 la provincia de Teruel todavía no existía, pero ello no fue obstáculo para un liberal como Domingo Gascón que, «como los liberales del XIX, consideraba que la historia, sobre todo, debía servir al presente. Lo que hizo en «La provincia de Teruel en la Guerra de la Independencia» fue valerse de la circunscripción provincial para acotar dentro de sus límites el ámbito de la investigación, tratando de encontrar coherencia al relato a través de una secuencia cronológica que le proporcionaba continuidad, y de la identificación de temas y personajes de interés que consolidaran la estructura».
Como subraya Pedro Rújula en el estudio previo que sirve de pórtico al facsímil del libro, la divulgación de este volumen sobre la Guerra de la Independencia supuso en su época «uno de los escasos productos intelectuales de raigambre liberal que se produjeron en el contexto conmemorativo aragonés, donde dominaron las interpretaciones en clave conservadora y neocatólica. En este sentido su obra sería un fruto tardío de la historiografía liberal del XIX, pues el impacto de la efeméride sobre la producción relativa a la guerra contra el francés barrió durante décadas del panorama historiográfico interpretaciones como ésta. Por eso, a pesar del tiempo transcurrido, recuperarla hoy tiene una doble virtud. De un lado, recuperar una obra que era todo un homenaje a figuras como Isidoro de Antillón o Salvador Campillo, que supieron ver en los albores del mundo contemporáneo la carga de futuro que abrían la difusión de la idea de libertad y el mensaje constitucional. De otro, recordar que existió una cultura liberal integradora que consideraba la historia común, incluso a las vías muertas, como parte irrenunciable de un pasado compartido».
La publicación inicial de la obra, realizada en una imprenta madrileña en 1908, tuvo carácter póstumo. Pese a la premura con que fue redactada, Domingo Gascón falleció poco antes de verla impresa. El volumen original, de casi 500 páginas, se abre con textos previos de presentación de Mariano Torres y Federico Andrés, que glosan los méritos del extraordinario trabajo realizado y rinden tributo a la ingente producción intelectual de Gascón. Una tarea fruto del interés, cariño, tesón y firmeza que siempre mantuvo por la tarea de investigar y divulgar cuanto tuviera que ver con la provincia de Teruel.
Las líneas maestras de la obra, se contienen en el breve prólogo del propio Gascón. A él se sucederán una serie de capítulos que vertebran la narración histórica y que arrancan con la crónica de lo ocurrido en los Sitios de Zaragoza, poniendo de manifiesto la movilización y participación turolense en la defensa de la capital del Ebro, así como algunos hechos relevantes que tuvieron lugar tanto en Teruel como en Albarracín o Alcañiz. Tras la caída de Zaragoza en manos francesas se produce una doble situación. De un lado, en Teruel se establece la nueva autoridad aragonesa, la Junta de Aragón y Parte de Castilla, que mantendrá encendida durante toda la guerra la llama del patriotismo, aunque para ello tenga que abandonar Teruel y cambiar constantemente de sede. Por otro lado, la provincia se resiste a la ocupación, como lo demuestra la batalla de Alcañiz en la primavera de 1809 con una sonada derrota infligida a los franceses. No obstante, la evolución de los acontecimientos determinará la ocupación de gran parte del territorio turolense por las tropas imperiales. A partir de ahí se suceden los actos de insumisión de la sociedad y de rebeldía de los militares.
La obra se vale de algunos temas de interés sobre los que dirige la atención y que reciben el tratamiento de piezas monográficas. Es el caso de los capítulos destinados a estudiar la participación de los hijos de la provincia en los Sitios de Zaragoza, el funcionamiento de las juntas, tanto las gubernativas como la Superior, la época de Teruel bajo la ocupación francesa y, sobre todo, del que analiza la batalla de Alcañiz.
Sin embargo, y como sostiene Pedro Rújula, «en realidad, la obra se sostiene sobre las biografías». Aquí, en este terreno, es donde alcanza sus mejores momentos y muestra su pericia erudita en torno a personajes como Isidoro de Antillón, Salvador Campillo, el general Villacampa o el obispo de Teruel, Blas Joaquín Alvarez de Palma, y del canónigo penitenciario de Teruel, y presidente de las Cortes de Cádiz, Vicente Pascual.
En suma, Gascón convierte «La provincia de Teruel en la Guerra de la Independencia» en una suerte de testamento intelectual donde se encuentran reflejados los principales rasgos de la obra que había ido modelando con el tiempo en su condición de erudito incansable que había sabido hacer de su preocupación por todo lo turolense una forma de participar en la alta cultura de su época.
GASCON, EJEMPLO DE TUROLENSE EMPRENDEDOR
Domingo Gascón y Guimbao es una de las figuras más destacadas del siglo XIX turolense. Fue abogado, historiador, periodista y hombre de negocios pero, fundamentalmente, fue un ciudadano emprendedor que siempre manifestó interés hacia todo aquello que favoreciera el progreso de su tierra natal. Intelectual regeneracionista, promovió proyectos encaminados a fomentar «el esfuerzo individual y colectivo de sus hijos para sacar a la provincia de la postración y del abatimiento en que se halla sumida». A ello dedicó todas sus energías, como obras tan representativas del regeneracionismo del XIX como su principal empresa: la «Miscelánea Turolense», una interesante revista ilustrada, redactada y distribuida de forma gratuita durante sus diez años de vida, de 1891 a 1901.
Sus investigaciones de erudición histórica se centraron en los estudios biográficos de destacados turolenses. Así, publicaría monografías sobre Francisco Mariano Nipho, Juan Lorenzo Palmireno o una interesante «Relación de escritores de la provincia de Teruel» (1908). A la preocupación por los temas histórico-jurídicos responde su libro «Las Comunidadees de Teruel y Albarracín, con la institución de los jueces de Teruel desde 1176 a 1530». También publicó un estudio sobre «Los amantes de Teruel», complementado por un «Cancionero de los amantes de Teruel», ambos de 1907, en el que compendia todos los poemas escritos por diversos autores que, en torno al drama de Isabel y Diego, aparecieron durante el siglo XIX.
En reconocimiento a su labor intelectual, fue nombrado cronista de Teruel e hijo predilecto de la ciudad. Fue miembro de las Reales Academias de la Historia y de la Lengua y llegó a ser definido en como «el tercer amante de Teruel» por su torrencial, enciclopédica y dilatada pasión por su provincia
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