El Instituto de Estudios Turolenses ha coeditado con Prames una útil y atractiva publicación divulgativa: la «Guía del mudéjar en Aragón». La obra, elaborada por José Antonio Tolosa Urieta ofrece al lector 25 rutas que recorren las tres provincias aragonesas y que permiten descubrir la singularidad de un estilo artístico que puede considerarse icono de Aragón. Además, como se recordará, la singularidad del mudéjar aragonés goza de reconocimiento internacional al estar incluido dentro del listado del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Esta «Guía del mudéjar en Aragón» nos descubre desde las primeras manifestaciones del estilo mudéjar en el siglo XIII hasta los pequeños detalles que todavía subsistían en las torres barrocas bien entrado el siglo XVIII. El libro da noticia de un total de 277 monumentos repartidos en 202 localidades. Más de 600 fotografías acompañan a los textos y se ofrecen también al lector viajero croquis de recorridos e información sobre horarios, teléfonos y páginas web de los edificios visitables. Un caudal de información que facilitará la planificación de la visita y hará al viajero más amena la consulta y el desarrollo de su ruta mudéjar.
El arte mudéjar es fruto de la perfecta conjunción entre lo islámico y lo cristiano. Sus torres e iglesias, al igual que los trabajos en madera y yeso, desarrollaron a lo largo del Medievo unas formas estructurales y decorativas donde toma especial relevancia el ladrillo. Ha sido tan profundo el arraigo del arte mudéjar que ha perdurado a través de los siglos y ni las posteriores modas renacentistas y barrocas se sustrajeron a continuar incluyendo elementos mudéjares en sus nuevas construcciones.
EL MUDEJAR COMO EXPRESION ARTISTICA
Etimológicamente «mudéjar» procede del árabe «mudayyan» que se traduce como «aquel a quien se ha permitido quedarse», aludiendo a los musulmanes que tras la conquista cristiana continuaron en sus antiguos lugares con una serie de derechos (lengua, religión, leyes, etc.) reconocidos a través de las correspondientes capitulaciones. Su dedicación principal era la agricultura y las labores de la construcción. Aunque utilizado por diversos escritores desde el siglo XIII, en la España medieval esta población recibía comúnmente el nombre de «moros». Paulatinamente irán perdiendo derechos hasta inicios del siglo XVI, cuando son obligados a bautizarse y se convierten así de mudéjares a moriscos. Esta conversión forzosa no tuvo las consecuencias deseadas por los reyes y eclesiásticos cristianos, por lo que, constatada su no integración, se optó entre 1609 y 1614 por su expulsión (en Aragón, en 1610), con los consecuentes perjuicios económicos para los reinos peninsulares.
Aplicado a la historia del arte, el término «mudéjar» se utilizó por primera vez en 1859 para designar una manifestación artística caracterizada por el intercambio mutuo de elementos cristianos y musulmanes. A partir de ese momento se iniciaría una cierta controversia entre los estudiosos del arte sobre la etimología y la definición del mudéjar como estilo artístico. No obstante, y según la reputada opinión de Menéndez Pelayo, el arte mudéjar es «el único tipo de construcción típicamente español del que podemos envanecernos». Y para Gonzalo Borrás, el mayor especialista en esta materia, «el arte mudéjar es la pervivencia del arte hispanomusulmán en la España cristiana».
Estas y otras nociones básicas para entender con claridad qué es el arte mudéjar, se explican en la introducción de esta «Guía del mudéjar de Aragón». A continuación se despliega un visualmente rico repertorio de rutas para conocer a fondo el mudéjar aragonés. Un total de 18 rutas tienen como protagonista a Zaragoza ciudad y provincia. Por lo que se refiere a Teruel son cuatro los itinerarios planteados: por la Comarca del Jiloca, Comarca de Teruel, Cuencas Mineras y Teruel oriental. Respecto a Huesca, tres rutas se proponen: Monegros oscenses y Hoya de Huesca; por el Somontano de Barbastro y Huesca oriental. Completan las 268 páginas de la guía un apartado sobre Museos y Centros de interpretación, así como otros sobre bibliografía e índice toponímico.
TERUEL MUDEJAR
Subraya el autor de la guía que «la ciudad de Teruel es universalmente conocida tanto por la leyenda de los Amantes, acrecentada desde hace unos años por la representación de las Bodas de Isabel, como por las construcciones mudéjares repartidas por su casco urbano y que se han convertido en icono del arte mudéjar aragonés».
Además, en opinión de José Antonio Tolosa Urrieta, «la catedral de Santa María de Mediavilla en Teruel es seguramente el edificio más emblemático del mudéjar en Aragón, ya que en él confluyen casi todos los elementos propios de este estilo: la torre, una de las primeras construidas en la Comunidad; uno de los tres cimborrios que se conservan; la portada neomudéjar y la primitiva fábrica medieval que en su interior guarda su mayor tesoro, la techumbre de par y nudillo que cubre la nave central, única en Aragón y considerada como la Capilla Sixtina del arte mudéjar. No falta, para completar el repertorio, una muestra de las pervivencias barrocas en forma de yeserías de tradición mudéjar en la cúpula de la capilla de los Santos Reyes.
En la comarca de Teruel, además del espectacular patrimonio mudéjar de la capital, la guía da noticia de edificios mudéjares en Albarracín, Argente, Camañas, Camarillas y Peralejos.
Por lo que se refiere a la Comarca del Jiloca, la ruta mudéjar recomienda el imporante electo de torres mixtas que jalonan un recorrido que sigue el curso del río Jiloca a su paso por las tierras turolenses. Entre ellas dos de las más esbeltas se encuentran en San Martín del Río y Báguena, sin olvidar la novedosa torre de Navarrete del Río. Se completa el itinerario con otra serie de torres ya tardías que conjugan en sus cuerpos de campanas el barroco con el mudéjar, muestra del arraigo de este estilo en tierras aragonesas.
Una tercera ruta propuesta de itinerario mudéjar por Teruel son las Cuencas Mineras. Una comarca en la que el patrimonio mudéjar incluye dos de sus iconos más representativos en la iglesia de Montalbán y en la torre de Muniesa, cuya visita completaremos con una serie de torres barrocas que a pesar del paso del tiempo siguieron conservando elementos estructurales y decorativos mudéjares.
Una cuarta y última ruta turolense del mudéjar sería el Teruel oriental. Según el autor de la guía, «las tierras turolenses del Este guardan un grupo de construcciones mudéjares que, aunque escasas en número, resultan ser de las más representativas de este estilo en Aragón: la torre de Albalate, la sinagoga judía de Híjar o la espléndida techumbre de la Virgen de la Fuente en Peñarroya, serán alicientes suficientes, junto al entorno paisjístico de las comarcas del Matarraña y del Bajo Aragón para recorrer pausadamente esta ruta».
PERFIL BIOGRAFICO DEL AUTOR
José Antonio Tolosa Urieta (Zaragoza, 1967) siempre se ha interesado por el arte y la historia en el ámbito aragonés. Su principal objeto de estudio ha sido el mudéjar y, desde hace siete años, viene recorriendo nuestra Comunidad Autónoma para documentar, analizar y fotografiar todo lo relacionado con este estilo artístico. Todo ese bagaje informativo queda ahora reflejado en esta «Guía del mudéjar en Aragón» y también puede conocerse en la web www.aragonmudejar.com, de la que es autor y mantenedor.
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