ÁNGEL CRESPO ES EL GRAN PROTAGONISTA DELNUEVO NÚMERO DE “TURIA”

ÁNGEL CRESPO ES EL GRAN PROTAGONISTA DELNUEVO NÚMERO DE “TURIA”

La revista TURIA rinde homenaje a Angel Crespo a través de un amplio, novedoso y sugestivo monográfico. Más de veinte autores, entre los que destacan nombres propios como los de Antonio Gamoneda, José Manuel Caballero Bonald, Francisco Nieva, Pere Gimferrer o César Antonio Molina, se dan cita en un cuidado sumario que contiene una auténtica primicia: la publicación de su «Diario veneciano», un texto inédito del propio Crespo en el que narra la estancia en una de sus ciudades preferidas durante el verano de 1981. Son muchos los estudiosos que, en este monográfico de TURIA, aprecian como uno de los rasgos más singulares de Angel Crespo su pasión omnívora por la cultura. De ahí que su prolífica, sobresaliente y reconocida tarea, como poeta, ensayista y traductor, tenga su origen en una perspectiva hondamente humanista. Crespo creyó siempre en la cultura como experiencia individual pero también como bien común que alimenta, más o menos en secreto, la vida colectiva y que, por tanto, cumple un papel social al que difícilmente se puede renunciar.
El nuevo número de TURIA presentado en el salón de actos del Museo de Teruel, por el escritor y académico José María Merino.De igual manera el sábado 28 de noviembre, tendrá lugar una segunda presentación en Calaceite, el municipio turolense en el que Angel Crespo vivió sus últimos años y en cuyo cementerio reposan sus restos.
El sumario que brinda TURIA en esta entrega resulta espectacular, máxime porque como es habitual todos los textos son inéditos y porque sus autores son reconocidos protagonistas del panorama literario español e internacional. Así, el lector encontrará un relato del italiano Antonio Tabucchi («Nubes»), un fragmento de novela del albanés Fatos Kongoli, una antología poética del belga Guy Gofette y poemas de, entre otros, Tomás Segovia, Clara Janés, Enrique Juncosa, Alvaro Valverde, Ada Salas, Jorge Riechmann, Ana Merino, Carlos Vitale, Javier Vela y Gabriel Sopeña.
Muy relevante es la entrevista exclusiva a Mario Vargas Llosa. En ella se habla a fondo de política y literatura y, sobre todo, se analiza la trayectoria intelectual del eterno candidato latinoamericano al Premio Nobel. Frases como «la democracia es forma; eso un escritor debiera entenderlo mejor que nadie: la importancia de la forma sobre los contenidos», constituyen todo un autorretrato en palabras.
Igualmente recomendable es la conversación mantenida con el historiador Fernando García de Cortázar. En ella encontraremos declaraciones inequívocas: «la historia de España está manipulada desde el presente» o «la historia tiene tal capacidad docente, de transmisión de conocimientos y de enseñar, de sacar lecciones de ella que suelo decir que es la mejor asignatura de Educación para la Ciudadanía».
TURIA cuenta también con excelentes artículos dedicados a analizar la obra de Ana María Navales, José Antonio Muñoz Rojas y José Miguel Ullán. Boris Groys, uno de los pensadores europeos de más actualidad, es el protagonista de la sección de «Pensamiento».
En cuanto a los temas aragoneses, sobresale la recuperación de un texto de la escritora mexicana Paulita Brook en homenaje a Jarnés y el trabajo dedicado a redescubrir la tragedia vital de Angel Sánchez Batea (1891-1943), líder socialista turolense que llegó a ser alcalde republicano de la capital y murió fusilado tras la guerra civil. Estos y otros contenidos convierten a la nueva entrega de TURIA en un auténtico manjar para buenos lectores. Por último, el número está ilustrado por uno de los valores emergentes del arte español: el aragonés Juan Zurita (Aguaviva, Teruel, 1975), que acaba de obtener un importante reconocimiento a su trabajo creativo: la beca del Premio BMW de Pintura.
REDESCUBRIR A ANGEL CRESPO
Con la inestimable ayuda de su viuda Pilar Gómez Bedate, que elabora el artículo
introductorio del dossier («Angel Crespo y la salvación por la palabra poética»), la revista TURIA ha conseguido reunir un conjunto espectacular de estudios y testimonios en torno a la vida y la obra de Angel Crespo. Puede decirse, en ese sentido, que su trayectoria constituye un conmovedor testimonio del amor por la cultura frente a la barbarie. TURIA ofrece un rico y diverso conjunto de textos inéditos que permiten describir a Angel Crespo como un autor cuya escritura es fruto de una vocación que desborda los cauces de un sólo género: poesía, traducción y ensayo no son compartimentos estancos sino vasos comunicantes que nos hablan de una saludable ambición intelectual y artística.
Sobre Angel Crespo escriben, entre otros, académicos como Francisco Nieva («Ni un instante de mi vida, en mis relaciones con él, he llegado a aburrirme. Tenía la misma pasión por el conocimiento que Juan Eduardo Cirlot») o Pere Gimferrer («tradujo con admirable maestría y energía a Dante, a Guimaraes Rosa, a Pessoa, a Casanova. Sin desdeñar, por supuesto, su espléndida poesía») ; poetas como Antonio Gamoneda («la imagen que tengo de él es la de un hombre fuerte en sabiduría y bondad; débil, quizá, ante el sufrimiento; en particular, ante el sufrimiento de los demás, de las personas amadas»), José Manuel Caballero Bonald («Angel Crespo fue mil cosas pero, sobre todo, poeta»), César Antonio Molina, Angel Guinda («sus
obras sigue fundándome como persona, exigiéndome como escritor y comprometiéndome, como ciudadano, por un mundo mejor») o José Angel García.
La nómina de especialistas en su obra es notable y el análisis que proporcionan resulta enriquecedor y repleto de aportaciones que permiten nuevas lecturas de su trabajo literario: Jordi Ardanuy («La poesía de Angel Crespo: hacia la unidad, por el símbolo»), José Francisco Ruiz Casanova («Presencia de la poesía de Angel Crespo en antologías poéticas»), Fernando Valls («El Calaceite de Angel Crespo»), José María Balcells («Flores vivientes en Las cenizas de la flor«), José Luis Gómez Toré («Angel Crespo, ensayista»), Jordi Doce («Angel Crespo, el orgullo de un traductor»), Chus Tudelilla («[Ideas para un] Prólogo [urgente])», Fanny Rubio («Poética y alquimia»), Amador Palacios («El atractivo del realismo mágico»), Manuel Neila
(«Angel Crespo en aforismos»), Sira Hernández («Angel Crespo y la música») o Ignacio García Crespo («Los afanes y los días. Los diarios del poeta»).
No faltan los testimonios de amigos como Enrique Badosa: «Ni aquí, en Barcelona, ni en el resto de España, Angel Crespo es el pretérito. Se reeditan textos suyos, se dan a conocer inéditos. Y de modo especial esta Barcelona que amó lleva años dedicándole un gran homenaje: el Premio de Traducción Angel Crespo. La obra escrita y la obra de presencia vital de este poeta, de este traductor, de este humanista permanecen en un aquí y ahora merecidos por la ejemplaridad de un hombre de letras que -infatigable, poseído por las divinidades…- las enalteció». Otro escritor, Juan José Flores, también le rinde tributo en TURIA: «Nos quedan sobre todo tus versos, además de tus antológicas traducciones, los ensayos, artículos, diarios, conferencias, tu obra toda, y hasta tu imagen y tu voz, grabadas durante algunas lecturas de poesía. Pero para quienes te conocimos, lo que perdura por encima de todo es la impronta de tu presencia, esa humanidad desbordante y cercana, tu alegría, la mano siempre tendida, el abrazo presto de quien también sabía de exilios y travesías del desierto».
TURIA da a conocer también el «Diario veneciano» de Angel Crespo. Unos apuntes diarísticos nunca publicados hasta ahora en los que el autor declara su pasión por la célebre urbe de los canales: «siento a Venecia y a su paz no como algo exótico, sino como algo mío, íntimo». En otro momento, anota: «Los colores del atardecer transformaban la ciudad vista desde el agua. ¡Qué inolvidable la impresión del Canal Grande, desde la Cá d??TOro hasta Rialto!. Es la parte más estrecha del canal y parece, sin serlo, un corral de pueblo. Se contradicen en él la Venecia opulenta y la modesta, la pueblerina y la cortesana, la corte y la aldea: algo único en el mundo que llevo visto. Venecia se me va entrando cada vez más en la sangre, como un cuadro genial más: como un poema, una sinfonía (un poema sinfónico)». El colofón del monográfico de TURIA lo encontraremos en una utilísima cronología, elaborada por Fernando del Val, que abarca no sólo su trayectoria vital sino también la repercusión de su obra hasta el día de hoy.
INEDITOS DE ANTONIO TABUCCHI Y TOMAS SEGOVIA
El sumario de TURIA se abre, en esta ocasión, con un artículo de Jesús Ferrer Solá dedicado a analizar la obra narrativa, poética y ensayística de la escritora zaragozana Ana María Navales, fallecida el pasado mes de marzo y que fue codirectora de la revista. En él se nos dirá: «Durante décadas, su literatura ha alentado -desde diferentes géneros: novela, relato breve, poesía, ensayo crítico-literario…- la voz independiente de un acentuado intimismo idealista, penetrando en una indagación, delicada y terrible a la vez, en los resortes sentimentales y metafísicos del ser humano».
A continuación, se publican estudios literarios sobre dos grandes figuras de la poesía española de nuestra época, también desaparecidos muy recientemente: José Antonio Muñoz Rojas y José Miguel Ullán. Por otra parte, las páginas de esta publicación cuatrimestral contienen las secciones habituales dedicadas a la creación literaria. Así, en esta entrega se publican narraciones inéditas de Antonio Tabucchi , Ramón Gil Novales y Patricia Esteban Erlés y un capítulo de la próxima novela del albanés Fatos Kongoli. La sección de «Poesía» la inaugura una antología poética del escritor belga Guy Goffette, a cargo de José Luis Reina Palazón y del que en una breve nota introductoria se nos recuerda su celebridad en el ámbito francés e internacional. También TURIA publica poemas de, entre otros, Tomás Segovia, Clara Janés, Enrique Juncosa, Alvaro Valverde, Ada Salas, Jorge Riechmann, Ana Merino, Carlos Vitale, Javier Vela, Gabriel Sopeña, Ignacio Escuín Borao, Javier Codesal, Alejandro Ratia, Ben Clark, Sofía Castañón, Belén Núñez, Goya Gutiérrez, Santiago Montobbio, Javier Sanz y Mario Hinojosa. Un sugerente ensayo de Manuel Arranz sobre Boris Groys, uno de los pensadores de moda del panorama europeo, ocupa la sección denominada «Pensamiento» de TURIA. Se trata de un texto de gran calado sobre el sugestivo y actualísimo libro de Groys: «Bajo sospecha: una fenomenología de los medios». En el artículo se subrayan los planteamientos de Groys: «No se sospecha de los medios, se sospecha de la credibilidad de lo que transmiten, es decir, tanto de su verdad como de su veracidad».
ENTREVISTAS A MARIO VARGAS LLOSA Y FERNANDO GARCIA DE CORTAZAR
En esta entrega de TURIA, Juan Carlos Soriano titula muy certeramente su diálogo con Vargas Llosa «el escribidor indulgente» y lo inicia recordándonos que este año se cumplen cincuenta de su primer libro, «Los jefes». Un género, el de los relatos, que no ha frecuentado mucho porque «cuando he intentado hacer un cuento, se me ha vuelto novela». Reconoce también Vargas Llosa que escribe a partir de la memoria de lo vivido: Mis novelas no son autobiografías disimuladas, aunque sí es verdad que en todo lo que he escrito, tanto en narrativa como en teatro, el punto de arranque de las historias ha sido un recuerdo, alguna imagen de la memoria relativa a hechos vividos que, por alguna razón para mí misteriosa, se convierte en un fermento de fantasía. Por tanto, estas cosas vistas, oídas o leídas son un punto de partida, no de llegada». En otro momento de la amplia entrevista, Vargas Llosa asegura que «un escritor puede escribir sobre cualquier lugar, incluso los que no conoce, si lo hace de manera tan persuasiva que los lectores le crean. Entonces habrá logrado lo más importante en literatura, que es hacer pasar las mentiras por verdades». Pero, el diálogo da mucho más de sí y los temas se suceden: su admiración por Faulkner y por Onetti, su defensa de Ortega y Gasset; el nuevo libro ya en marcha, el origen del mal, la tentación de la política, el Perú, su fascinación por el teatro, sus críticas a la izquierda intolerante y dogmática o su autorretrato ideológico: «Soy un demócrata, un liberal que en algunas cosas se siente cerca de la izquierda y en otras, como la política económica, más próximo a los conservadores».
La otra gran entrevista de TURIA está dedicada al historiador Fernando García de Cortázar quien, a su faceta de catedrático de Historia Contemporánea, une su madera de escritor y su olfato de periodista. Todo ello lo ha convertido, junto a su afán por la verdad y su interés por el arte y la cultura, en uno de los mayores y más exitosos divulgadores de nuestra historia. Para García de Cortázar, «la historia es tan importante que no debe quedarse en los ámbitos puramente académicos o universitarios, sino que debe buscar la demanda de los ciudadanos Debe servir para mejorar la sociedad y no quedar reducida a un mero objeto culturalista de entretenimiento y de debate, sino que debe hacerse carne en el debate ciudadano, en la mejora de nuestro presente, y en la preparación de un futuro mejor». En ese sentido, añade que «la historia de España está siendo manipulada desde el presente». Y se muestra crítico con los nacionalismos periféricos porque «cuando no tienen historia, pues la manipulan o se la inventan».
Por otra parte, la revista contiene también la sección habitual de «La isla», con fragmentos del diario de Raúl Carlos Maícas enriquecidos gráficamente por Isidro Ferrer.
LA TRAGEDIA VITAL DE ANGEL SANCHEZ BATEA
En los apartados que TURIA dedica a los temas y autores aragoneses, citaremos el riguroso artículo dedicado a divulgar la tragedia vital del líder socialista turolense Angel Sánchez Batea (1891-1943), que llegó a ser alcalde republicano de la capital de la provincia y murió fusilado tras la guerra civil. El historiador Serafín Aldecoa elabora una pormenorizada y simbólica biografía, a través de más de treinta páginas, que nos narra la intensa actividad política y sindical desplegada por quien fue uno de los nombres propios más destacados del movimiento obrero y de los dirigentes socialistas de la capital de la provincia. Es una semblanza que se estructura en tres etapas: el periodo anterior a la proclamación de la Segunda República; otra relacionada como dirigente político y concejal socialista dentro del Ayuntamiento de Teruel entre 1931 y 1936 y, finalmente, su destacado papel durante la guerra civil tras la sublevación militar de Franco y su trágico final, fusilado en las tapias de la zaragozana cárcel de Torrero.
HOMENAJE MEXICANO A BENJAMIN JARNES
Otro de los singulares artículos que publica TURIA es de gran valor testimonial y documental:
se trata de un texto de la escritora Paulita Brook correspondiente al homenaje que, en marzo de 1943 y en el Palacio de las Bellas Artes de México, se rindió al gran escritor aragonés Benjamín Jarnés (Codo, Zaragoza, 1888 – Madrid, 1949), considerado el gran prosista de la generación del 27 y que alcanzaría gran renombre como narrador, crítico y ensayista en las décadas de los años 20 y 30 del pasado siglo XX.
Tal y como nos cuenta en su nota introductoria Juan Herrero Senés, profesor en la norteamericana Universidad de Colorado, este texto de Brook está repleto de cálidas, certeras y entusiastas palabras que cumplen un propósito bien definido: brindar un público reconocimiento al escritor exiliado que, por aquel entonces, cumplía veinticinco años de carrera literaria.
El otro trabajo permite rescatar el texto utilizado en el homenaje mexicano que en 1943 se rindió al gran escritor Benjamín Jarnés (Codo, Zaragoza, 1888 – Madrid, 1949). Por último, una extensa sección de crítica de libros denominada «La Torre de Babel» se ocupa de la actualidad editorial y cierra el sumario.
TURIA es una publicación cuatrimestral, editada por el IET de la Diputación de Teruel, el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Este número ha contado también con el patrocinio de la CAI y de la Fundación Aguas de Valencia.
Comparte